MIGAJAS DE PLOMO
2016
Esperamos atentos la migaja mientras quiebran nuestro entorno. Luchamos unos contra otros, lo nuestro es lo más importante.
Nos obstaculizamos en el embudo que la misma sociedad genera, arrastrándonos, esperamos que en algún momento caiga el pan, la migaja, el harina, el agua, o cualquier cosa que nos llene la boca.
En nuestra realidad el rico se hace más rico, el pobre más pobre. El poder tira la migaja y truena los dedos, preferimos ver las situaciones de manera humorística o individualista, rechazando así la realidad y manteniendo un ambiente asfixiante, donde la impotencia, la falta de calidad de vida y la inseguridad nos llenan de terror. Preferimos atacar al de al lado, dejar el hogar en ruinas y convertirnos en una comunidad de envidia. La doble moral
rebasa las intenciones, se juega al socialismo, caritas tristes, caritas enojadas, cartas firmadas, pero pocos hacen algo realmente. La ayuda surge sólo para recibir el aplauso de haber ayudado, pues al final, lo importante es ser el que está en la foto, el que festeja, el que muestra sus placeres; aunque esto signifique mantenerse por encima de otros.